Jordania 2008

Tras la senda de Saladino. Con un híbrido entre lo analógico y lo digital usamos un gps sin mapa, por un lado y una PDA con un gps por bluetooth y los mapas escaneados y georeferenciados. Todo un experimento que salió bien. Un lujo llegar a Wadi Musa de noche "por la puerta de atrás" de noche . 

Presentación del Viaje

Este viaje ha sido el más numeroso hasta ahora hecho por el grupo Pisapedales. En esta ocasión se incorporó un nuevo miembro, Miguel Moya y además rescatamos las viejas glorias como Gabi que no viajaba con nosotros desde el Camino de Santiago. Con un total de 8 miembros emprendimos viaje para Amman, la capital de Jordania.

 

Al llegar al aeropuerto, fuimos a recoger el equipaje y las bicicletas no llegaron. Ya nos pasó en otra ocasión, así que cambiamos planes y aprovechamos para visitar la capital. Al siguiente día recogimos nuestras máquinas y emprendimos ruta para Madaba. Desde aquí tomamos rumbo para el Mar Muerto, pero antes pasamos por el Monte Nebo, desde donde Moisés avistó la tierra prometida y luego pasamos por el río Jordan que fue donde a Jesús le echaron un chorreón de agua en la cabeza.

Descendimos a -400 metros respecto al nivel del mar, menos mal que Dios estaba cerca, porque lo peor venía en la subida. Hicimos una acampada y nos bañamos en agua y en barro. Toda una experiencia bañarse en el Mar Muerto, pues eres incapaz de hundirte en un agua con un porcentaje de sal 6 veces más de lo normal. Muy bonito el cañón de Wadi Mujib.

Ya de vuelta a Madaba teníamos que emprender siempre rumbo al sur en dirección a Karak. Al llegar a Wadi Mujib giramos a la izquierda para adentrarnos en una zona totalmente despoblada y desértica. Después de dormir en una de las pocas casas de la zona nos esperaba un día muy duro por la falta de agua y comida. Una vez llegamos a Karak aprovechamos para visitar su castillo y luego seguir al sur en busca de Petra.

Impresionante la ciudad de Petra en Wadi Musa, dedicamos un día entero para visitarla. Una de las 7 maravillas del mundo.

 

Al día siguiente nos esperaba la etapa más larga de unos 127 km hasta llegar al desierto de Wadi Rum. Contactamos con un beduino y hacemos noche en su campamento. Al día siguiente aprovechamos para visitar uno de los desiertos más bonitos del mundo y desde aquí nos dirigimos a Aqaba para así sumergirnos en las cristalinas aguas del Mar Rojo.

 

El viaje ya termina y contratamos un mini bus para que nos lleve al aeropuerto y volver para España.

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