Este año tocaba Europa. Desaparecer de nuestras vidas por más de 10 días se nos complica por momentos, de momento.
El viaje apetecía y cuanto más lo estudiábamos, más. Y claro los que ven como disfrutamos, sólo preparándolo, se contagian. Normal. Así que se animaron dos nuevos amigos a la aventura de hacer caminos por lugares no siempre recomendables para nuestras monturas. Las guías de viaje, las páginas de Internet y los comentarios de algún compañero que había visitado Eslovenia nos iban animando por momentos. Antonio, como siempre, preparó el viaje con los puntos de interés y de paso “obligado”, le echó una mano Jesús Gasset que se cayó de la “convocatoria” por lesión a última hora.
Desde el ordenador ya sabíamos que pintaba dura la ruta y en algunos tramos algo de aventura y de incertidumbre. Por mucha tecnología que tengamos todavía queda hueco para las sorpresas y la improvisación.
José Luis Romero como le supo a poco la Ruta del Califato dijo: “Esta no me la pierdo y pienso darlo todo”. Eso hizo. Por lo que ya tiene derecho a engrosar el listado de amigos. Esto no es más que un juego porque aquí nadie tiene más ni menos derechos que nadie, sólo que nos divierte ver quien se une al grupo.
Con tanto marear al final el viaje quedó con 6 unidades, a saber: José Luis Rubio, Javi (Coco), Antonio Platero y José Luis Romero. De nuevas, Antonio Martín y Miguel Puertas. Alguno seguro que repite.
El avión nos dejó en Venecia y desde allí a Gorizia en tren. Opción habitual por los viajeros para acceder a Eslovenia. Hay otras alternativas pero esta enlazaba a la perfección con la ruta programada.
Hicimos seis etapas con inicio y fin en las ciudades de Gorizia, Postojna, Liubliana, Bled, Kranjska Gora, Bovec y llegada en Gorizia.
Describir el camino se antoja difícil y posiblemente nos quedemos cortos. Senderos por bosques cerrados que Platero había intuido desde el Google Earth, Lagos de postal, ciudades y pueblos con una arquitectura que, aunque ya empezamos a tener bastantes viajes a nuestras espaldas, nos atrae y nos sorprende. Bares que nos ofrecieron sus cervezas locales con las que refrescar las gargantas. No nos faltaron los pinchazos y las averías de rigor, pero que sería un viaje sin problemillas técnicos que pongan a prueba la capacidad de improvisación del grupo. De todas formas para las reparaciones siempre nos ayudamos de los materiales de alta tecnología que inundan nuestras alforjas, llámense presillas o la imprescindible cinta americana.
La dureza del camino, sus cuestas y la lluvia no hicieron más que ayudarnos a valorar la belleza de la ruta. Cerramos el círculo que formaron las etapas en Gorizia bordeando el río Soca por un carril que nos llevó directos al puente que da acceso a la ciudad por el Norte. Volvimos a Venecia en tren desde donde volamos de vuelta a Málaga.
En definitiva un viaje que nos ha dejado un buen sabor de boca. Se puede ver en las fotos y el vídeo enlazado. Os dejaremos un vídeo como diario de viaje.